En la mañana, tras un rápido desayuno, levantamos el campamento y regresamos en las mulas durante horas, ahora hacia arriba, viendo al cielo; el riesgo de desbarrancarse es el mismo, pero no ver todo el tiempo el fondo, francamente facilita el trayecto. Considero muy importante decir que las mulas caminan en lugares y condiciones que jamás imaginamos, además de que creo que nosotros con dos piernas tendríamos muchos problemas para hacerlo, o de plano no lo lograríamos. Sin embargo, “Perro”, te estoy muy agradecido por el esfuerzo y dedicación, un noble animal.

Volvimos a las cabañas, reorganizamos nuestro equipaje y nos montamos en moto para enfrentar a un camino de off road, que había olvidado, pero que esta vez disfruté siguiendo las instrucciones de Paco: acelera, siempre acelera.